El Hotel Portella de Mallorca, inaugurado en febrero de 2024, es un ejemplo destacado de la restauración y adaptación de un palacio del siglo XVII en el corazón del casco antiguo de Palma. Este edificio histórico, que anteriormente fue la residencia y museo del pintor Joaquín Torrents Lladó, ha sido transformado en un hotel boutique de cinco estrellas con 14 habitaciones, gracias a la colaboración entre el estudio parisino Festen Architecture y GRAS Reynés Arquitectos.

La remodelación del hotel se centró en preservar y realzar elementos arquitectónicos originales, especialmente en lo que respecta a las puertas, ventanas y armarios. Las puertas venecianas, traídas por el propio Torrents Lladó durante su intervención en 1985, fueron cuidadosamente restauradas para mantener su carácter histórico. Estas piezas aportan un toque de elegancia y autenticidad a las habitaciones, reflejando la pasión del artista por la arquitectura veneciana y morisca.

Las ventanas del edificio también fueron objeto de una meticulosa restauración. Se colaboró estrechamente con Portella Balear para preservar la carpintería original, utilizando materiales autóctonos que respetan la tradición constructiva de la región. Esta atención al detalle no solo garantiza la funcionalidad de las ventanas, sino que también mantiene la estética histórica del edificio, permitiendo que la luz natural ilumine los espacios interiores y resalte la calidez de los materiales utilizados.

En cuanto a los armarios y demás mobiliario, el diseño interior se basó en la utilización de materiales locales y sostenibles. Se emplearon maderas nobles, como el roble, para confeccionar muebles a medida que armonizan con las características originales del edificio. Estos elementos fueron diseñados para optimizar el espacio y la funcionalidad de las habitaciones, manteniendo una atmósfera acogedora y respetuosa con la historia del lugar.